domingo, 9 de septiembre de 2012

HECHOS, NO PALABRAS


(Publicado en el Diario de Cádiz en Mayo  de 2010. Actualizado al dia de la fecha)

Algo que no había sucedido en treinta años de democracia, es ahora un clamor popular creciente. Me refiero al desprestigio y franco desprecio de los españoles hacia su clase política.


          Las encuestas oficiales, las que elabora y “cocina” el INE, son tozudas y, una vez tras otra, reflejan en los primeros puestos de las preocupaciones de los españoles, su clase política. No hay duda, un término hasta hace unos meses desconocido en las encuestas, se ha encaramado a la cumbre de lo que más nos preocupa.


          ¿Qué es lo que ha pasado? ¿A que se debe esta súbita preocupación de los encuestados por sus políticos?


          Creo que hay varias causas, que podrían resumirse en dos: la escasa calidad humana y la deficiente preparación de nuestros representantes políticos.


          Los casos de corrupción son, desgraciadamente, muy abundantes y tienen un origen muy variado, se dan con igual profusión tanto en el partido que gobierna como en la oposición, en partidos de ámbito nacional y en pequeños partidos regionales, en grandes ciudades o en pequeños pueblos, da igual, esta tan extendida que siempre  nos quedará la duda, a cada caso nuevo que surge, de cuantos mas aun permanecen escondidos.


          Ya lo comentamos hace algún tiempo en nuestro artículo titulado, “De profesión, político”: hay una excesiva proporción de políticos, que iniciaron su carrera, apenas terminada la enseñanza obligatoria, en el mejor de los casos, y no han abandonado la senda de la política, la han convertido en su medio de vida, buena vida, y si algún día se vieran obligados a abandonarla, no estarían preparados, ni profesional ni humanamente, para afrontar su nueva situación. No tienen más experiencia ni formación que la acción política.


          Apresurémonos a dejar a salvo lo que viene siendo casi excepcional, políticos que proceden del mundo empresarial o profesional, con éxito mayor o menor que, por un sentido de la responsabilidad, abandonan esa situación para hacer una incursión en la política, que habitualmente no es muy prolongada. Gracias a ellos este tinglado aun aguanta.


          El descrédito ha llegado a tal punto que el Presidente andaluz, Griñan, transmitía recientemente a sus correligionarios la nueva consigna: “Hay que recuperar la credibilidad”. Ya no se trata de que “nos voten”, conformémonos con que voten. Así de negro empieza a ver la clase política su futuro.


          El error está en pensar que la ciudadanía española, la que sufre mas directamente los efectos de la crisis, los casi seis millones de parados y sus familias, se van a convencer ahora de las bondades del sistema, simplemente escuchando a los cada vez menos creíbles líderes políticos, mientras ellos hacen cola en el INEM o, lo que es peor, en los comedores de caridad.


          Nadie, en esa lamentable situación puede creer a unos políticos que llegan a los mítines en coches de elevadísimo precio, rodeados de escoltas y ayudantes, que mantienen a legiones de “asesores personales”, que crean ministerios y consejerías inútiles, cuando no perjudiciales para la salud y la vida de los ciudadanos, que pagan a mas de 300.000 liberados sindicales, subvencionan una industria cinematográfica que solo ven ellos, (a lo mejor, ni ellos), se gastan el dinero en proyectos de ayuda a los homosexuales de Zimbawe, mapas del clítoris y cosas así de importantes.


          Ni un solo intento de: prescindir de “asesores”, coches, sueldos (a veces hasta dos y tres sueldos oficiales, es decir, de los impuestos), liberados, ministerios o consejerías, vacaciones suntuosas, “embajadas autonómicas”, ni, por el contrario, promover ayudas eficaces y reales a los pequeños y medianos empresarios, que cierran sus negocios por miles y crean más paro.


          En lugar de eso, se aprueba una nueva subida del IVA de tres puntos,(a la anterior, de dos puntos, promovida por el PSOE, se opuso el Senado, dominado por el PP, que ya me dirán para que sirve y lo que nos cuesta), lo que, vaticino, va a conseguir un importante crecimiento de la economía sumergida. “¿Lo quiere con factura o sin factura?” será la frase más pronunciada a partir de este septiembre.


          En Mayo de 2010, siendo Presidente del Gobierno Rodríguez Zapatero, escribía: Los más prestigiosos periódicos extranjeros no paran de publicar informes y crónicas advirtiendo a nuestro gobierno del tardío y erróneo camino emprendido para la salida de la crisis, pero nuestro Presidente, confiado en el efecto de arrastre de otras economías más potentes y acuciado por la exigencia comunitaria de reducir drásticamente el déficit, solo piensa en hacer caja a base de impuestos. Se ve que Jordi Sevilla no contó con aquellas dos, ahora se ve, tan necesarias tardes.



          Hoy, más de dos años después, y con Rajoy de Presidente, casi podríamos decir lo mismo. Si acaso, no calificar de tardía su toma de decisiones, puesto que, aunque si lo son para España, no es por su culpa. Lo que es más cuestionable es el acierto de sus decisiones. A juzgar por el efecto a corto y medio plazo, no parecen las más eficaces para dos cuestiones que deberían ser tan prioritarias como la drástica disminución del déficit público, la creación (hoy está prácticamente destruida) de un tejido industrial competitivo, y el adelgazamiento urgente y radical de las administraciones públicas. Nada de lo cual se está haciendo.


          Antes de que alguien lo diga, me adelanto y les ofrezco la definición de “demagogia” que da El País: “Actitud o actuación de un gobernante o político que trata de complacer al pueblo por cualquier medio con el fin de obtener su apoyo” o “En la antigua Grecia, (¿solo?), gobierno dictatorial ejercido con el apoyo del pueblo” Elijan.


          A este artículo siguió el titulado “Democracia directa”, que ya figura en este blog.

1 comentario:

  1. Pero cómo no van a estar desprestigiados los políicos españoles (y no solo ellos) si han creado un régimen que en treinta años nos ha arruinado?
    "Paz Digital, 12-10-2004.- Si se conseguía este panorama, España se desmembraría y el eje franco-alemán podría ir "comprando" una España de saldo. Entonces, llegado el inminente momento, dejará de ser necesaria la banda terrorista ETA.

    Una España de saldo, en la que las Autonomías serán tratadas como Estados a efectos económicos, se seguirán simulando ayudas a los españoles; que, en realidad, van a sus empresas y a sus bancos franco-alemanes; y Francia y Alemania se presentarán como salvadores de una España definitivamente desmembrada, arruinada y dividida en pedazos... ¡para gobernarnos mejor! Será el momento de quedarse también con nuestras playas.

    Porque la realidad es tozuda y la actualidad se impone, subimos a portada este artículo de 2004 (Paz Digital, 26-08-2012)" http://paz-digital.org/new/

    Lo grave no es ésto, puesto que el verdadero objetivo que subyace en esta dinámica es no solo la destrucción de España, sino el construir la "Europa de las Regiones sin ejército" como paso previo para un Gobierno Mundial (ONU) dictatoriasl:
    "el debilitamiento de los Estados-Nación y su reemplazo por la soberanía supranacional de una elite . Lo explicó claramente David Rockefeller en junio de 1991:" La soberanía supra-nacional de una elite intelectual y banqueros mundiales es cláramente preferible a la autodeterminación nacional practicada en las centurias pasadas"

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