sábado, 28 de julio de 2012

URGENTE: NECESITAMOS UN / A LIDER


(Publicado en el Diario de Cádiz en febrero de 2010 y actualizado a 28 de julio de 2012. Pocos cambios, siempre a peor, en nuestro panorama político)

Definitivamente, los líderes de los partidos mayoritarios, PSOE y PP, no se entienden, ni tienen ganas de entenderse, la ruptura es evidente y el abismo que los separa se agranda por minutos. No hay tregua, es una lucha sin cuartel de la que los mas perjudicados somos los españoles, cuyas estadísticas de paro laboral son de escándalo.


           El panorama es desolador, nuestras empresas no son competitivas, el absentismo laboral rebasa con creces lo admisible, los niveles de formación de los españoles han caído en picado, el país se desintegra en 17 pequeños reinos de taifas superpoblados de un funcionariado excesivo y caro, las arcas públicas tienen telarañas y la deuda externa crece sin cesar.


           Zapatero no atendía a razones ni de sus afines. No sabía como salir de esta gravísima situación, que le recordaba todos los días la prensa extranjera especializada, las autoridades económicas comunitarias y hasta sus correligionarios. Ha negado tan tozudamente la realidad, ha presumido,  sin rubor, de una situación que solo él veía como excelente, (“ya hemos sobrepasado a Italia y vamos a por Francia, aunque no le guste a mis amigos Berlusconi y Sarkozy”, decía no hace tanto ante un grupo de empresarios norteamericanos) que reconocer errores, cambiar radicalmente su política económica se antojaba imposible.


          Rajoy no quiso ser cómplice del desastre, subirse a un carro que bajaba sin frenos una pronunciada pendiente solo conseguiría prolongar la agonía y dar finalmente con sus huesos en el mismo abismo. Lo que resulta alarmante, para él y de paso para el país, es que, una vez realizado el relevo, su falta de pedagogía, su nefasta política de comunicación y su escaso poder de convicción,  le hayan llevado de nuevo a unos índices de popularidad personales muy por debajo de lo esperable en alguien que ha logrado una mayoría absoluta tan recientemente.


          El Presidente del Gobierno y sus mas inmediatos colaboradores han tenido seis meses para “convencer” a los españoles de que realmente eran la alternativa. La situación, no solo económica, sino general, a la que nos condujo Zapatero, sin duda el peor Presidente de Gobierno de la democracia, por ahora, no podía ser más propicia.

           Admitamos como cierto que un numero importante de españoles, algunos millones en cada caso, son fieles votantes de uno u otro partido. Esa constante se viene repitiendo en todas las elecciones. Entonces, ¿Cómo se ganan unas elecciones? Sencillamente, aunque sea difícil, logrando que esos otros millones de votantes no condicionados ideológicamente, o por otras motivaciones, voten a quien logre convencerles de su proyecto y de la capacidad necesaria para cumplirlo. Es decir, alguien con madera de líder.

             También, y parece ser el caso, por la nefasta labor de un Gobierno sin ideas, agotado y en desplome absoluto.


             Veamos ahora los valores que podrían definir a una de esas personas destacadas, lo que llamaríamos hoy un/a líder: el carisma -“cualidad para motivar la admiración de los demás”-, el esfuerzo, el trabajo responsable, la perseverancia para lograr unos objetivos, la capacidad de transmisión a los demás -de “llegarnos”, se dice coloquialmente-, de ser personas “creíbles”, personas en las que confiar.

             Bien es verdad que no se vislumbran en nuestro panorama político actual hombres y mujeres con esas virtudes extraordinarias personales con las que algunos seres se ven agraciados, eso no es exigible a quien no ha sido dotado por la naturaleza, pero sin llegar a la excelencia, existen cualidades que si son exigibles a quienes vamos a entregar buena parte de nuestro futuro, virtudes como la honradez, el trabajo continuado y responsable en aras del bien común, un cierto carisma, y que , por lo menos, creamos en ellos y en lo que nos proponen.


             Aunque ya sabemos que encontrar hoy en nuestra clase política a esas personas que “arrastran multitudes” no es fácil, no es menos verdad que los necesitamos, tenemos la urgente necesidad de creer en algo, o en alguien. ¡Estamos tan defraudados¡

              A veces no somos conscientes de a quien entregamos el poder, en manos de quien ponemos nuestras vidas, y, llegadas las elecciones, se vota “al menos malo”, “en contra de”,  “por obligación partidista”…y mil sinrazones más, pero casi nunca es: “porque creo en esa persona, en su proyecto, porque me convence, porque es honrado, trabajador y busca el bien común”, como debería ser.

Salvo la extinta UCD, que se inmoló con luchas internas y algún empujoncito desde fuera, los partidos han perdido el poder más por errores propios que méritos ajenos. La situación actual, repito, no solo económica, sino general, aunque lo mas importante y definitivo sea la descomunal tasa de desempleo, es lo suficientemente grave como para que ya haya muchos españoles desengañados del cambio y se sientan otra vez huérfanos de liderazgo.


            Que la Sra. Rosa Diez, con un partido que casi cabe en un taxi, sea la líder mas valorada por los españoles, dice mucho en su favor y muy poco de los demás políticos.

              Es el reflejo de la opinión que los españoles tenemos de nuestra clase política, y que esta se ha ganado a pulso, error tras error, fracaso tras fracaso, corrupción tras corrupción.


             España, tras el estrepitoso fracaso Zapatero y la pérdida de popularidad de Rajoy y de su política, necesita con urgencia la aparición de políticos jóvenes, de alta calificación profesional, inteligentes, íntegros, honrados y…creíbles. Da igual a qué partido pertenezcan.

miércoles, 25 de julio de 2012

LA SOCIEDAD CIVIL (y II)


  (Publicado en el Diario de Cádiz el 17 de Abril de 2009)

“Conjunto de organizaciones e instituciones cívicas voluntarias y sociales que forman la base de una sociedad activa, en oposición a las estructuras del estado y de las empresas”… “aunque no tienen por qué ser necesariamente políticas suelen tener influencia en la actividad política de la sociedad de la que forman parte”.

Si ha tenido la paciencia de leer mis dos anteriores artículos en estas páginas, se dará cuenta de cual es el objetivo de esta, por el momento, última entrega. En la primera, ya lejana en el tiempo, “De profesión: Político” hablábamos de nuestra clase política en un tono ciertamente pesimista. No cabe esperar demasiado de quienes hacen de tan noble ocupación un medio de vida, de buena vida, anteponiendo los intereses partidistas y propios a los de la sociedad a la que dicen servir.

             En el artículo anterior quisimos trasladar al lector lo que consideramos los fundamentos de una sociedad y como, por lo general, en el mundo anglosajón cuidan y potencian determinados valores que les han llevado a alcanzar puestos destacados en el conjunto de las naciones.

           ¿Tenemos derecho a ser conformistas y pasivos? ¿Es este el país que queremos dejar en herencia a nuestros hijos y nietos? Ciertamente que no. Al menos una buena parte de esta sociedad civil va tomando conciencia de que la pasividad, el mirar para otro lado, solo conduce a empeorar la situación y, siguiendo a Murphy: “Si algo puede empeorar…..”

             Hace muy pocos años, España era ya un país de conformistas. Nadie se quejaba de nada, ni en un restaurante, o un hotel o cualquier otro servicio deficiente del que éramos victimas. Aquello cambió, afortunadamente, gracias a la aparición de organizaciones de consumidores. Nos enseñaron a reclamar lo que considerábamos que era justo, rellenar hojas de queja y en general, perder el respeto humano que nos impedía ejercer nuestros derechos. En ese campo hemos avanzado aun más. Leemos en la prensa, con relativa frecuencia, como reciben indemnizaciones cuantiosas, victimas de accidentes, cuya culpa es achacable a un deficiente estado de conservación del pavimento, una mala señalización o cualquier negligencia de quienes son responsables, en última instancia, del percance, sea público o privado. La primera vez que visité los Estados Unidos, me llamaron la atención unas señales amarillas que advertían de “suelo resbaladizo” mientras una limpiadora pasaba humedeciendo el suelo. Pensé que se trataba de un gesto de buena voluntad. Alguien me sacó de mi error: “No puedes imaginar las indemnizaciones que obligan a pagar si alguien resbala y no ha sido advertido”

               Si hemos sido capaces de “perder la vergüenza” y reclamar lo que consideramos justo, ¿por qué no hacer lo mismo respecto a nuestros representantes políticos?. Nuestros votos a un programa político es el  precio que pagamos. A partir de ese momento es nuestro programa, bien que nos lo han “vendido” durante la campaña electoral. Tenemos derecho a exigir su cumplimiento, que no nos lo cambien a mitad de camino, o lo adulteren o, simplemente, como es lo más habitual, se olviden de lo prometido, lo ignoren y nos ignoren.


             Si decimos que las “organizaciones de consumidores” nos enseñaron a exigir nuestros derechos como consumidores de bienes, “la sociedad civil”, tal como es definida al inicio de este artículo, es decir, la “base de una sociedad activa” que debe “tener influencia en la actividad política de la sociedad de la que forma parte”.

                Articular esa “sociedad civil” es la cuestión. Crear esas “organizaciones e instituciones cívicas voluntarias y sociales” es la tarea, pero en contra de lo que podamos pensar, tenemos más de la mitad del camino recorrido. Existen y funcionan aceptablemente bien “asociaciones de vecinos, de barrio o de distrito”, clubes e instituciones de todo tipo, “colegios profesionales”, “organizaciones no gubernamentales”, “fundaciones”, “asociaciones de padres”, “de victimas”… y un largo número de instituciones independientes dedicadas a las más diversas actividades.(Observe el lector que para nada hemos nombrado a los sindicatos, al ser subvencionados y por tanto dependientes). Todas ellas cuentan con personas activas que se responsabilizan de su funcionamiento a satisfacción de sus componentes, pero falta dar un paso más, o mejor dicho, dos. En primer lugar deben unir esfuerzos, definir intereses comunes, buscar elementos de unidad, contactar, comunicarse, crear conciencia colectiva. Y, lo más importante, hacerse presentes en la vida publica, en la política activa, como un elemento de control y exigencia a nuestros representantes del cumplimiento de sus propuestas electorales.


              Cuando ocurre un hecho extraordinario que toca las conciencias de la sociedad, es frecuente que, a iniciativa de los más afectados, se recojan firmas pidiendo alguna modificación legislativa. No importa que el número de firmantes, ciudadanos anónimos, alcance cifras millonarias. El efecto es, ha sido hasta ahora, nulo. Los políticos saben que la fuerza de estos movimientos “anónimos y desorganizados” es como la de una gaseosa (con todos mis respetos a sus promotores y firmantes). ¿Sería lo mismo de tratarse de un numeroso colectivo, con influencia en un sector significativo de la sociedad? Pues ¡manos a la obra!

sábado, 21 de julio de 2012

¿POR QUÉ APLAUDEN?

( Publicado en el Diario de Cádiz el sábado 21 de Julio de 2012. Festividad de S. Daniel)


Está en la calle en cualquier conversación. Comparan la actitud de los parlamentarios populares aplaudiendo al Presidente Rajoy cada vez que este anunciaba una nueva medida de recorte salarial, subida del IVA, pérdida de derechos fiscales…, con el de la Ministra de Trabajo italiana Elsa Fornero cuando, anunciando las duras medidas adoptadas por el Gobierno Italiano, rompió a llorar.


               Nadie dice que los ministro del PP tengan que hacer lo mismo, las lágrimas, si no son sentidas, se convierten en una mentira y para mentiras ya tenemos bastante, pero, como hemos dicho otras veces, uno de los mayores errores de los populares es su política de comunicación, Eso les hizo perder Andalucía y les hará perder las próximas generales. Desde luego, expresiones de prepotencia como la de la diputada Fabra, no ayudan nada a la imagen del partido.


              Otra cuestión que la ciudadanía no entiende es que se inyecten millones y millones de euros a unos bancos que, a pesar de haber estafado a muchos españoles, (Nova Caixa Galicia ha pedido perdón públicamente, pero no dice nada de restituir lo robado), han llegado a situaciones de quiebra. ¿No deberían ir esos millones a los particulares y empresas arruinadas por la mala praxis bancaria? No se sale de las crisis solo con medidas de ahorro y disminución del enorme déficit, absolutamente necesarias, si no se ayuda a las empresas con créditos blandos del ICO, aplazamientos o disminución de las cargas fiscales, créditos a la exportación, pago puntual de las administraciones…,no olvidemos que son las empresas las que crean puestos de trabajo.


               No quiero dejarme en el “tintero” a nuestra Hacienda Pública. Se dice, con razón, que cuando atrapan una presa ya no se escapa, lo que dice mucho de su profesionalidad. El problema es encontrar la adecuada. No se si tienen medios legales para lograr la extradición de capitales depositados en paraísos fiscales, que no sean la ingenua amnistía fiscal ofrecida por el Gobierno, pero algo habrá que hacer con casi el treinta por ciento del PIB, de dinero negro y puesto a buen recaudo, (Alemania ya lo ha hecho con Suiza). Yo conozco a uno que “presumía” de pasar dinero a Gibraltar, y ahí está, tan fresco. Pongan a trabajar a la Policía, a los Servicios de Inteligencia, a la diplomacia, a quien haga falta, porque nos va mucho en esto.

miércoles, 18 de julio de 2012

LA SOCIEDAD CIVIL (I)

(Publicado en el Diario de Cádiz el 14 de  Abril de 2009)

              Hace unos días recibí un correo, “Que hace la diferencia” se titula, y es de esos pocos que transmiten algo, que son portadores de mensaje, que hacen pensar. Seguro que muchos lo habrán recibido y, si han tenido la paciencia abrirlo, coincidirán conmigo en su argumento:

              Plantea la abismal diferencia en el desarrollo de determinados países, y analiza las causas, desechando sucesivamente que estas sean, las riquezas naturales (Japón no las tiene y es la segunda economía mundial),  la antigüedad (La India o Egipto son milenarios, Australia apenas cuenta con 150 años), la situación geográfica (Suiza, sin mar, cuenta con una importante flota), ni siquiera la inteligencia de sus naturales (jóvenes estudiantes de países pobres emigran y triunfan en el llamado primer mundo).

Entonces, ¿Qué hace la diferencia?: La ACTITUD.

           En esos países, que los autores del estudio ponen como ejemplo, esa ACTITUD se refleja en intangibles como: La Ética en los comportamientos, La Integridad, La Responsabilidad, El deseo de Superación, El Respeto a las Leyes, El Respeto a los derechos de los demás y El Esfuerzo por mejorar, como valores que la mayoría defiende y respeta.


             Entiendo que en España hemos pasado por casi todo, y si nos remontamos a la situación heredada de una guerra civil, concedamos el merito material que le corresponde a aquellas generaciones, que en una situación de aislamiento internacional y escasos recursos, tuvieron el mérito de reconstruir económicamente un país destrozado. Más tarde, con infraestructuras muy mediocres todavía, se potenció lo que en aquellos años se considero la “primera, y casi única, industria nacional”, el boom turístico.


           El turismo y el trabajo bien hecho de muchos españoles consiguió lo que se conocía en todo el mundo como “el milagro español”.

            Llegó la democracia y el ingreso en Europa, tras mucho esfuerzo colectivo para ajustar los parámetros de nuestra economía. Manteniendo las altas cotas alcanzadas en nuestra primera industria, la turística, se desarrollan otras, pero la que da el impulso definitivo a nuestro desarrollo económico es la inmobiliaria. Ahí batimos record europeo y casi mundial, la construcción  y otras industrias relacionadas, llega a ser, nada menos, que el nueve por ciento de nuestro PIB.

            Todo hacia pensar que el “milagro español” no tenia fin, éramos ya  la octava potencia industrial del mundo, nuestras principales industrias establecidas en muchos países, el año de oro de nuestros deportistas y nuestro Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con la crisis mundial asomando ya las orejas, echándole el aliento en la nuca a sus homólogos italiano y francés y amenazándoles con un inminente “surpasse”.

            Lo que nos ha venido encima lo conocen de sobra mis pacientes lectores en carme propia o próxima, no hace falta incidir más. Ni siquiera merece la pena repetir eso de que “lo peor está por llegar”, aunque, entonces,  nuestro optimista presidente hablara de empezar la remontada en marzo. Ni hacer más sangre exponiendo, por ejemplo, nuestros records en la creación de parados, a pesar de la promesa presidencial de dos millones de nuevos puestos de trabajo durante la campaña electoral.

            Si crecimos tan espectacularmente en lo económico, por encima de otros países europeos, y ahora la caída  es también espectacular es únicamente por una razón: Nunca, nadie con responsabilidad, ningún gobernante, en ninguna etapa de ese espectacular desarrollo se ocupo de poner las bases, lo que podríamos considerar los cimientos de un país, a lo que nos hemos referido al principio de este artículo, la ACTITUD.

              Se ha construido un país con pies de barro y así, cuando vienen mal dadas, no estamos preparados. Se ha fomentado la cultura del pelotazo, del dinero fácil, del éxito efímero. Se ha encumbrado a lo más alto de la sociedad a personas sin preparación, sin formación, SIN VALORES ETICOS, sin más mérito que estar en el sitio adecuado en el momento propicio.

              De esos elementos que los autores del estudio valoran como fundamentales, de esos que “hacen la diferencia”, de eso,  muy poco.

             Ahora, cuando la situación es dramática, la sociedad (o una parte sensible de ella) se hace consciente de que lo fundamental, lo que constituye el ser o no ser de un país, se ha abandonado o transferido, no se le ha dado importancia, ni siquiera cuando las estadísticas de organismos internacionales  o publicaciones de prestigio nos vienen advirtiendo reiteradamente.  

              “No es esto, no es esto”, clama una sociedad civil defraudada. ¿Demasiado tarde? Tarde no se, el tiempo escapa al control humano, pero difícil si, muy difícil. Entre todos, con nuestra indeferencia y abandono, hemos creado un gigante con pies de barro.

Desde hace algún tiempo, una parte de esa atónita sociedad se desgañita gritando que hemos perdido los valores, que la sociedad actual es materialista hasta el extremo y carece de todos esos valores que hemos enumerado al principio y que los autores del estudio tanto ponderan.

            El escocés Adam Smith, ya en 1776, en su obra “La riqueza de las Naciones” argumenta que esta no proviene de los recursos materiales de que se disponga, sino del trabajo humano. El padre del liberalismo económico, contra la idea de sus detractores que ahora abundan, no es, según su traductor, el profesor Rodríguez Braun, un paradigma del “capitalismo salvaje”: es un moralista preocupado por las reglas que limitan la conducta humana”. En definitiva volvemos al centro de la Creación: el ser humano.

¿Y ahora qué? Pues ahora toca hacer lo que no se ha hecho. Es urgente que la sociedad civil tome la iniciativa o nadie lo hará por ella.

            Y termino con una frase con la que también concluye el  mencionado estudio: “Si esperamos que el Gobierno solucione nuestros problemas, esperaremos toda la Vida”  

jueves, 12 de julio de 2012

EL PELIGRO DE SER CRISTIANO

(Publicado en el Diario de Cádiz el 07 de Enero de 2011. Desgraciadamente continua de actualidad y la situación, si cabe, es aun peor que el pasado año)


          Puede llamar la atención el titulo del artículo y despertar incluso la incredulidad de algunos lectores que, como mucho, pueden haber oído alguna noticia sobre la quema de Iglesias, con los fieles en su interior, en países “lejanos” como Irak (58 católicos asesinados, la mayoría mujeres y niños en la quema de una Iglesia en Bagdad por Al Qaeda), Nigeria (4 muertos), Pakistán, Indonesia, Birmania, Eritrea, Argelia. Egipto, Yemen, Corea del Norte, Vietnam, Filipinas, China…

        Según datos del Vaticano, el número de cristianos asesinados durante este 2010 que termina, se eleva a la descorazonadora cifra de 150.000 personas, pastores, sacerdotes, hombres, mujeres y niños, componen esta espeluznante realidad refrendada por el Instituto Hudson de los Estados Unidos, quien además añade que “de 200 a 300 millones de personas viven en el mundo bajo las amenazas diarias de muerte, agresiones o prisión a causa de sus creencias religiosas”.

        Bernard-Henry Levy, intelectual francés fundador de la organización “SOS Racismo”, que lucha simultáneamente contra los prejuicios antiárabes y el antisemitismo en Europa, publicó un artículo el pasado 21 de Noviembre en el periódico El País, titulado: “En defensa de los cristianos”, en el que entre otras cosas afirma: “los cristianos forman hoy, a escala planetaria, la comunidad mas violenta e impunemente perseguida” y equipara el anticristianismo con el antisemitismo, “aunque éste es ahora un crimen sancionado y repudiado, mientras que la fobia anticristiana no es tomada en cuenta y por ello se ejerce de manera impune en muchos países”

         El año pasado, en una aldea pakistaní, y en aras de “la ley antiblasfemia”, un grupo de “incontrolados” quemó vivos a media docena de católicos, saqueó e incendió la Iglesia y violó a las mujeres y niñas. Las autoridades de Pakistán no intervinieron en este suceso, sin embrago, en cumplimiento de esa misma ley, están dispuestos a colgar a Asia Bibi, madre de familia, a quien ofrecieron la conmutación de la pena capital por la de cárcel si abjuraba de su fe,  y que ella ha rechazado.

         En Sudan, su Presidente Omar Hassan, sobre el que pesa una Orden de Captura de Corte Internacional de Justicia y al que China protege, envía a sus milicias a exterminar a los negros cristianos. El pasado agosto hubo arrestos masivos de cristianos cerca de Teherán.

         Pero no pensemos que estas horribles cosas ocurren en países y culturas tan alejadas de la civilizada España. Esta Noche Buena, la Iglesia de Santa Catalina, en Majadahonda (Madrid), fue rociada con  un líquido inflamable y prendida fuego. Ardió la puerta de madera de entrada y algunas vigas del coro, sin que el incendio se propagara al resto del templo gracias a la rápida intervención de los bomberos. Pero no es un caso aislado, hace dos años en la misma localidad se produjo otro intento similar, esta vez en la Parroquia de Santa Genoveva.

           En Octubre de 2008, durante la visita a Valencia del buque de la organización abortista holandesa “Women of Waves”, algunos movimientos feministas pro abortistas invitaban a quemar templos católicos, mientras distribuían cerillas entre las asistentes a la manifestación. Ciertamente, aunque no tiene ninguna gracia, no pasaba de un grito de guerra, de un gesto de cara a la galería.

          No comparo ni la gravedad de los hechos, ni la intencionalidad, ni las motivaciones de quienes, directamente asesinan a cristianos en países donde los grupos radicales islamistas son hegemónicos con lo sucedido en nuestro país…todavía.

           La Iglesia Católica, en sus 2000 años de existencia, ha sufrido casi sin  solución de continuidad la persecución y el martirio por la defensa de su Fe, quizás siguiendo el ejemplo de su fundador Jesucristo, martirizado y asesinado por ser fiel a su mensaje de paz, igualdad y amor entre los hombres de cualquier condición.

           La Iglesia Católica, los hombres y mujeres que la componemos, hemos cometido y seguimos cometiendo graves, gravísimos errores. En alguna época terribles crímenes a manos de la Inquisición, y mas recientemente algunos casos de pederastia por parte de clérigos (no importa que porcentualmente sea poco significativo, un solo caso merece la mas enérgica condena por la propia Iglesia y todo el peso de la ley sobre el autor de tan detestable hecho), pero, puede alguien objetivamente justificar lo injustificable, puede alguien argumentar que por causa de esos errores, deben pagar con sus vidas esas humildes personas, cuyo único “delito” es profesar una Fe , fundamentada  en las palabras de su fundador Jesús: ”amaros como yo os  amo”.

          La limitada extensión de un artículo periodístico no permite profundizar en asuntos que requerirían un tratamiento más amplio. Pero yo invito a mis lectores, cristianos o no, a una reflexión personal sobre lo que esta ocurriendo hoy con estas sangrientas persecuciones en un buen número de países, quienes son las victimas y cuales las razones para tanta barbarie…y a donde pueden llevarnos esta escalada de violencia.

 Ese escenario, aparentemente muy localizado, puede trasladarse a zonas que creemos seguras, o ¿lo han hecho ya el 11S y el 11M?.

sábado, 7 de julio de 2012

ARRIESGAR ELECCIONES

(Diario de Cádiz, el sábado 7 de Julio de 2012)


             Llevamos solo meses desde los éxitos electorales del Partido Popular, y ya su Secretaria General, María Dolores de Cospedal lo ha repetido en varias ocasiones: “No estamos aquí para ganar las próximas elecciones, estamos para tratar de mejorar la situación de los españoles”.

          La popularidad de Rajoy, ha caído cuatro puntos, y Rubalcaba sigue en mínimos, a once puntos de distancia. Queda mucho partido y de aquí al 2015, nadie sabe lo que puede pasar.

          Lo que quiero destacar y me parece importantísimo, es la actitud de algunos líderes políticos, anteponiendo las medidas impopulares y necesarias a su permanencia en el puesto. Creo que lo hacen convencidos de que es la única vía, aunque alberguen en su interior la secreta esperanza de que los frutos de tanto sacrificio lleguen antes del final de la legislatura, lo que es legitimo y hasta plausible.

            Nos anuncian que hay un plan, hoja de ruta le llaman ahora, para reducir drásticamente las administraciones, evitando las costosísimas e ineficaces duplicidades o triplicidades. No estaría de más, ya puestos, modificar la Ley Electoral, limitar los mandatos, listas abiertas, Ley de Huelga, suprimir subvenciones a partidos y sindicatos, y un largo número de medidas que adelgacen estas superpobladas administraciones.

 Alemania nos dobla en población y nosotros les doblamos en aeropuertos, en políticos, en funcionarios,…y sin embargo, si tiene Vd. necesidad de acudir a un organismo como la Justicia, verá despachos atestados de expedientes, funcionarios con estrés por exceso de trabajo, para lograr unos resultados desesperadamente lentos.

 Con esto quiero decir que quizás no sobren tantos funcionarios, sino que muchos de ellos deberían cambiar de despacho, y desde luego, dotarlos de los medios técnicos necesarios. Habría que hacer ambas cosas, reducción y racionalización.

 Además de medidas dolorosas para los electores, racionalización de las administraciones y sus elevadísimos costes, hay que predicar con el ejemplo en lo de ajustarse el cinturón y, el Partido Popular, tiene que cambiar (mejorar) su política de comunicación, llegar de forma clara, inmediata y masiva hasta el último rincón del país. Les falló en Andalucía y siguen igual.

 Si realmente pierden las próximas elecciones, no será solo por las duras medidas adoptadas, hay otros aspectos que deberían mejorar o corregir.