sábado, 31 de agosto de 2013

CATALUÑA

 Publicado en el Diario de Cádiz el sábado 31 de Agosto de 2013    


Se acerca el 11 de Septiembre, fiesta oficial de Cataluña, con la que se conmemora la caída de Barcelona en manos de las tropas borbónicas al mando del duque de Berwick, durante la Guerra de Sucesión Española, en 1714, tras catorce meses de sitio. Lo que trajo consigo la abolición de las instituciones catalanas con la promulgación de los Decretos de Nueva Planta, en 1716.

El Parlamento de Cataluña, tras su restablecimiento en 1980, declaró el día Fiesta Nacional.

Este año, los independentistas, que componen la denominada Asamblea Nacional de Cataluña (ANC), que se dio a conocer con la manifestación del año pasado, pretenden hacer una cadena humana que atraviese toda la comunidad, desde los Pirineos hasta el Ebro. Algo similar a lo que hicieron en las repúblicas bálticas en 1989.

Solo Ciutadans y PP, de entre los partidos catalanes, se han manifestado claramente en contra, mientras que el PSC, una vez más navega entre dos aguas. ERC, como principal impulsor de la idea, moviliza todos sus recursos. CiU, se divide en esas dos partes cada vez más definidas, aunque haciendo grandes esfuerzos por no romper la coalición.

Conforme se acerca el 2014, tricentenario de la toma de la ciudad de Barcelona por las tropas de Felipe V, el panorama político y social de Cataluña tendrá que clarificarse y, unos y otros, deberán abandonar la ambigüedad y definirse claramente. Es mucho lo que hay en juego.

Unió, con Duran a la cabeza, está aún a tiempo de liderar a un buen número de catalanes autonomistas, no separatistas, pero tendría que romper previamente con Artur Más.

De todos los partidos, lo más preocupante es la división interna de los socialistas (PSC), faltos de un liderazgo claro y un programa definido. En su seno abundan los españolistas a quienes el cinturón industrial de Barcelona y la emigración andaluza, murciana y extremeña, otorgaban una tras otra, sucesivas y claras victorias electorales, pero que tras la nefasta experiencia del tripartito y el charnego Montilla, ha quedado despersonalizada.

No se puede jugar a dos bandos a la vez. De la clarificación de los socialistas depende, y mucho, el equilibrio entre los independentistas y españolistas y en último extremo el futuro de Cataluña.

sábado, 24 de agosto de 2013

MAQUIAVELO

Sábado, 24 de Agosto de 2013


Se cumplen justo quinientos años desde que, encarcelado en San Casciano, Maquiavelo escribiera su obra cumbre, El Príncipe, publicado años más tarde, en 1531 y dedicada a Lorenzo II de Medici, como regalo y respuesta a las acusaciones de conspiración contra los Medici que le habían condenado.

Maquiavelo crea doctrina, el Maquiavelismo, y en ella aconseja a los príncipes (los políticos de hoy) que deben conseguir ser amados y temidos al mismo tiempo, pero “como estas dos relaciones es muy raro que existan al mismo tiempo, es preferible ser temido que amado, el pueblo puede que se olvide del amor, pero el temor le perseguirá siempre”.

Maquiavelo aconseja a los príncipes (hoy políticos que nos gobiernan) que deben ser temidos pero no odiados, para lo que deben “abstenerse de interferir con los bienes de sus súbditos, ni con sus esposas, ya que un subordinado olvida antes la muerte de su padre que la pérdida de sus riquezas”.

Nuestros políticos no son comparables a Maquiavelo, y sus políticas no merecen el calificativo de maquiavélicas, ellos no se han limitado a ser temidos, han dado un paso más y han logrado, seguramente sin proponérselo, ser odiados y considerados como uno de los problemas más importantes del país.

La corrupción generalizada y el mal gobierno han llevado a los ciudadanos a desconfiar de sus políticos hasta el punto de no ver alternativas fiables para sustitución de lo que hay. El gran problema, asociado con una Ley Electoral desfasada y manifiestamente mejorable, es la falta de unos líderes políticos en quien confiar.

Pronto se convocarán elecciones, otras más, en un ciclo casi ininterrumpido de procesos electorales, entre europeas, generales, autonómicas y locales. Nuestros políticos están en permanente campaña electoral y dedican más tiempo y recursos a cuidar su imagen pública, asistencia a actividades populares, fotos, besar niños y cuidar a esos colectivos que pueden decantar unas elecciones, en lugar de trabajar en la realización de los programas por los que fueron elegidos.

Superado El Príncipe, el manual de nuestra clase política se centra en lograr el odio, no el temor, porque los bienes de los súbditos (hoy ciudadanos) están siendo “interferidos”, en palabras de Maquiavelo, y de qué manera. Los recortes en sueldos más importantes, proporcionalmente, son los de la clase media que todavía conservan su puesto de trabajo; el aumento constante de impuestos, locales, autonómicos y generales; desproporcionado incremento de precios, vía impuestos, de servicios esenciales como el agua, los combustibles o la electricidad.

Mientras esto es una realidad cotidiana que ya ha llegado a nuestros bolsillos, son escasos, tímidos y nada significativos los “ajustes” en las administraciones públicas, auténtico cáncer de nuestra economía y causa del desorbitado endeudamiento público.

Los bancos, ya rescatados, solo miran sus cuentas de resultados, sin que el crédito fluya a los particulares y pymes, con lo que el consumo interno no despunta, y las empresas pequeñas y medianas bastante hacen con sobrevivir, las que sobreviven, claro, y no están en situación de crear puestos de trabajo.

Si Maquiavelo levantara la cabeza, se sentiría superado por nuestros políticos actuales. El maquiavelismo es apenas el preámbulo de la perfidia y falta de escrúpulos con los que se conducen muchos de nuestros políticos.   

sábado, 17 de agosto de 2013

GIBRALTAR

Publicado en el Diario de Cádiz el sábado 17 de Agosto de 2013

Apesar de que la oposición comenzará diciendo que no era más que una "cortina de humo" para distraer la atención del "caso Bárcenas", finalmente ha cambiado y apoya la gestión de Rajoy en la crisis de Gibraltar. Como paso intermedio, Elena Valenciano pedía que no se adoptaran medidas de endurecimiento de los controles de acceso y salida de la colonia británica, que se actuara desde la diplomacia.

La diplomacia se agotó tras la conversación de Rajoy y Cameron. Ahora es el momento de actuar y acabar de una vez por todas, desde la legalidad, con los continuos abusos de los gobiernos gibraltareños.

Como no podía ser de otra forma, todos los partidos, menos los separatistas que aprovechan la más mínima, han mostrado su apoyo a las acciones del Gobierno.

Fabián Picardo, ministro principal de Gibraltar, mintió descaradamente, mientras dejaba caer en los caladeros de los pescadores españoles, en aguas de la bahía de Algeciras, los bloques de hormigón, asegurando que se trataba de dar refugio a algunas especies marinas. Hoy ya se sabe con certeza que el objeto de los bloquesw de hierro y hormigón es proteger al cable submarino de comunicaciones que une a la colonia con la metrópoli, y dejar de depender de España.

Que mienta el "llanito", casi no nos extraña, pero que el Reino Unido, que es un país serio, se sume al engaño, no parece normal. El cable tendrá que ser tendido, forzosamente, por aguas españolas y portuguesas y eso requiere permisos que, habitualmente se otorgan sin problema, cuando el solicitante actúa con lealtad.

Los controles deberían establecer una diferencia entre los trabajadores que pasan a diario, tal como se piensa hacer con las tasas, y el resto de visitantes, tan sencillo como poner dobles controles, tanto a la entrada como a la salida.

El tema se dirimirá en instancias internacionales. Reino Unido lo llevará a Bruselas donde piensa que reprenderán a España por los controles, y nosotros lo llevaremos al Comité de Descolonización de la ONU, que siempre nos da la razón.

!Ah!, ¿lo de las maniobra navales? Estaban programadas hace muchos meses. Utilizarán nuestra base de Rota y participará una patrullera española. Las Armadas de España y Reino Unido son socias en la OTAN y la UE. Son dos países democráticos. Esto no se arregla por ahí.

sábado, 10 de agosto de 2013

MÁS SOBRE LA REVOLUCIÓN


              Ha tenido mucho eco el artículo de la semana pasada sobre la “revolución”, siempre pacífica que desde aquí indicábamos como fórmula para forzar los cambios que España necesita con urgencia, cada día que pasa con más urgencia.

            Muchos lectores me indican que lo de “fabricar un líder sobre la marcha” no es posible ni recomendable, que es mucho más práctico buscar a una persona que goce de prestigio y capacidad para aunar a las distintas tendencias políticas, a  ser posible un “no político” estilo Vaclav Havel de Checoslovaquia.

            De acuerdo, ¿Dónde está? ¿Quién es? ¿Quiere? Si alguien encuentra ese mirlo blanco, que no lo oculte por más tiempo, que lo convenza y lo dé a conocer con urgencia.

            La realidad es que “haberlos haylos”, como las “meigas” en Galicia; pero además tiene que tener una edad de madurez, sin llegar a la senectud, y una determinación muy notable. Yo conozco a personas muy válidas a las que les faltan estos dos requisitos, sobre todo el de la edad. No están contaminados, no han pertenecido a ningún partido político, pero han estado próximos a la política, saben de qué va. Pero ya digo, les falta el requisito de la edad y las ganas de meterse en este complicadísimo problema.

            Otra opción son esos grupos de reciente creación formados por ex - políticos, empresarios, profesores universitarios y personas de buena formación y experiencia. Hay varios, elaboran memorandos, documentos, incluso proponen una reforma razonada de la Constitución.

            Tengo en mis manos un libro de sugestivo título: “Recuperar España. Una propuesta desde la Constitución”, Editado por el “Aula Política – Instituto de Estudios de la Democracia – Universidad CEU San Pablo”. Me ha llegado hoy y no puedo opinar sobre su contenido, aunque las referencias son magníficas. Dirige el Instituto José Manuel Otero Novas, ex ministro con Adolfo Suarez, y a quien conozco personalmente y me merece toda consideración y respeto. Seguro que el trabajo de años que han hecho es excelente.

            Otros grupos de similar nivel intelectual y académico han elaborado documentos parecidos. Es decir: “Lo que hay que hacer” según cada uno de ellos.

            Solo he hojeado algunos de estos documentos y estoy convencido de que todos quieren  lo mejor para España, y no solo eso, estos documentos se me antojan compatibles. Si es así, tendríamos ya mucho adelantado, nada menos que sabríamos “lo que hay que hacer”, pero seguimos con el problema de ¿Quién, o quienes van a iniciar el cambio?

            De estos grupos, que se han limitado hasta ahora a pedir firmas, elaborar documentos y hacer reuniones, como el grupo “Reconversión” (Por una reconversión del Estado) y algunos más, de entre sus efectivos, estoy seguro, hay personas capaces y con madera de líderes.

            Lo que yo les achaco a estos grupos es que no den un paso más hacia la “reconversión”, la “reforma” o como cada uno quiera llamarlo. En la teoría un sobresaliente, en la práctica un suspenso. Le decía hace pocos días en Santander a Otero Novas que este magnífico trabajo no puede guardarse en el arcón, hay que darlo a conocer y, si procede, ganar adhesiones, crear doctrina y “alcanzado el número crítico”, dar el paso, salir pacíficamente a las calles y pedir, gritando tan fuerte cono se pueda, el cambio político que necesitamos.

            Es que, si no, ¿Para qué tanto esfuerzo y trabajo bien hecho? ¿Para que coja polvo en el estante de una librería?

            Lleguemos, a través del los medios de comunicación social, de las redes sociales o del boca oreja, al número crítico y el líder saldrá seguro. Pero el tema es urgente y hay que animar a estos grupos a que den el siguiente paso, la publicidad a los cuatro vientos de sus magníficos trabajos y la suma de voluntades. Pero ya.

sábado, 3 de agosto de 2013

BRITTA Y LA REVOLUCION

Publicado en el Diario de Cádiz el sábado 03 de Agosto de 2013 

Britta, como otros lectores de mi columna, "Urge otra Ley Electoral", muestran su conformidad, pero surge la pregunta: ¿Eso como se hace? Teniendo en cuenta que a los partidos mayoritarios no les interesa y no lo van a hacer. Estamos estancados en una situación de desconfianza en los políticos, generalizando los casos de corrupción y mal gobierno, esto no tiene salida - añade.
A mi compañero de tertulia radiofónica, miembro del 15M, se lo decía, fuera de antena, y ahora se lo digo a Britta: Para mí, la única manera pacífica de lograr esos cambios que la ciudadanía reclama es la "revolución". La reacción inmediata de mis interlocutores es: Yo soy pacifista, no quiero la violencia.
Y la revolución también - les aclaro. El problema es conseguir el número crítico de participantes. No se consigue nada, solo el rechazo de la ciudadanía, con 500 manifestantes quemando contenedores. Ni mil dispersos movimientos ciudadanos con una frenética actividad en las redes sociales.
La revolución que yo viví, en la Checoslovaquia de 1989, comenzó con una muy numerosa concentración pacífica en la plaza de San Wenceslao promovida por estudiantes, gritando slogans por un cambio de sistema, agotado el férreo sistema comunista hacía ya un tiempo, y a la vista de lo que estaba pasando en Alemania del Este, Polonia y la Rumania de Ceauçescu.
La concentración era diaria, a tiempo fijado, y a la semana se unieron los obreros del cinturón industrial de Praga, teniendo que trasladase al parque Letná de mayor capacidad. Un millón de personas en manifestación pacífica diaria, gritando y oyendo a su líder, Václav Havel, a quien tuvieron que empujar a asumir un liderato que no quería, logró el milagro. El número crítico para una población de 15 millones, fue de un millón, pero se empezó con menos.

El número inicial tiene que ser alto, pongamos la mitad del crítico, para que sume adhesiones rápidamente. El líder se fabrica sobre la marcha, de entre personas de prestigio, que siempre las hay, que se sumen a la revolución.

Pero es muy importante que sea pacífica, la violencia solo atrae a los violentos y no son buenos compañeros de viaje. He ahí la receta.