Tras dos
durísimos años de recortes, subida de impuestos e incremento de costes de
servicios básicos como la energía en todas sus formas, para satisfacción del
Gobierno de Mariano Rajoy, la prima de riesgo ha vuelto a valores moderados, la
bolsa ha recuperado la cota de los 10.000, las inversiones extranjeras se han
incrementado considerablemente y las exportaciones funcionan mucho mejor.
Todo lo
anterior, que ciertamente es muy bueno, es fruto de los recortes, impuestos y
sobrecostes que pagamos todos los ciudadanos, sobre todo la clase media cuyos
ingresos están controlados por una nómina o pensión (que también tiene lo suyo
que las pensiones estén gravadas), pero los beneficiarios son las arcas
públicas y las grandes empresas, esto es lo que llamamos macroeconomía, las
grandes cifras que son las que interesan y controlan organismos como el FMI o
Bruselas.
Rajoy y su
equipo lo han hecho bien y han evitado el tan temido rescate, encubierto en
cierto modo por el rescate a nuestra maltrecha banca, fundamentalmente al nido
de víboras alojado en las cajas, pero nada o muy poco se ha hecho en un asunto
muy importante y básico para una auténtica recuperación de nuestra
macroeconomía, la reestructuración de las administraciones publicas.
No solo por
necesidad perentoria, sino por evitar en lo posible la corrupción que se ha
dado en estos organismos de las administraciones, en sindicatos y patronales y
no digamos en las empresas públicas, es necesaria una reforma en profundidad de
todos estos organismos que pagamos los ciudadanos y que duplican o triplican la
misma función, sin que se atisbe por el momento ninguna medida en este sentido.
Medidas que afectan directamente a los
dos grandes partidos y que deben ser consensuadas. Difícil es que lleguen a un acuerdo
cuando se tocan tantos intereses.
Dicen los
economistas que hasta que el crecimiento del PIB no sobrepase el dos por ciento
no se creará empleo neto y de cierta calidad. Pero a mi juicio esto no basta.
De sobra es sabido que el noventa por ciento de los puestos de trabajo en
España lo crean las pequeñas y medianas empresas (pymes) junto con los
desamparados autónomos, auténticos héroes, los que resisten, o víctimas, los
que cierran, de esta terrible crisis.
Sin
crecimiento del consumo interno no hay creación de empleo, si no hay demanda no
se necesita producir, y si no hay salarios dignos, el consumo decae. Esta
pescadilla que se muerde la cola solo se rompe con la fluidez del crédito y los
bancos, por ahora, ni piensan en ello.
Los grades
bancos invierten sobre seguro en las multinacionales o bonos del Estado, pero
para las pymes, autónomos y ciudadanos, ni un euro. Así las cosas, sin que el
otrora eficaz Instituto de Crédito Oficial (ICO), sea sensible a la situación
de esas pequeñas y medianas empresas y canalice esos cerca de 14.000 millones de
euros que ha prestado en 2013 hacia ellas, no habrá recuperación de la microeconomía,
la que directamente nos afecta a todos.
Asusta oír a
nuestros políticos, concretamente a la Presidenta de la Junta de Andalucía,
decir que su prioridad es la creación de empleo y que su meta es un crecimiento
para 2014 superior a la media del resto de España y para ello, sus afanes se
centran en dos pilares: el turismo y la construcción de viviendas. Como se ve
nada nuevo bajo el sol, como si por su juventud, la política socialista no
hubiera vivido el dramático estallido de la burbuja inmobiliaria e ignorase el
descomunal censo de casas vacías propiedad de los bancos.
Aun así no hay
que negarle a Susana Díaz una cierta originalidad cuando se propone la
construcción en Andalucía, nada menos que de 4.000 Kms. de carril-bici, con una
inversión de 400 millones de Euros. Sin duda sus iniciativas ocuparán a un buen
número de andaluces, pero ¿es ese el modelo de economía productiva y
competitiva que se necesita? Más bien está en la línea del Plan E de arreglo de
aceras, más conocido como Plan de Zapatero que, mediante la inversión de 8.000
millones de €, logró emplear por unos meses a 400.000 españoles en el arreglo
de aceras y mobiliario urbano.
Se ha dicho
que esta crisis, si algo bueno puede tener es el cambio de nuestra estructura
productiva hacia industrias más competitivas, mejor estructuradas y de moderna tecnología,
para nada viviendas, con un mercado saturado, ni carriles-bici. ¿Es que no
saben más o lo hacen a propósito?
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