sábado, 25 de enero de 2014

LA MACRO Y LA MICRO


            

Tras dos durísimos años de recortes, subida de impuestos e incremento de costes de servicios básicos como la energía en todas sus formas, para satisfacción del Gobierno de Mariano Rajoy, la prima de riesgo ha vuelto a valores moderados, la bolsa ha recuperado la cota de los 10.000, las inversiones extranjeras se han incrementado considerablemente y las exportaciones funcionan mucho mejor.

 Todo lo anterior, que ciertamente es muy bueno, es fruto de los recortes, impuestos y sobrecostes que pagamos todos los ciudadanos, sobre todo la clase media cuyos ingresos están controlados por una nómina o pensión (que también tiene lo suyo que las pensiones estén gravadas), pero los beneficiarios son las arcas públicas y las grandes empresas, esto es lo que llamamos macroeconomía, las grandes cifras que son las que interesan y controlan organismos como el FMI o Bruselas.

 Rajoy y su equipo lo han hecho bien y han evitado el tan temido rescate, encubierto en cierto modo por el rescate a nuestra maltrecha banca, fundamentalmente al nido de víboras alojado en las cajas, pero nada o muy poco se ha hecho en un asunto muy importante y básico para una auténtica recuperación de nuestra macroeconomía, la reestructuración de las administraciones publicas.

 No solo por necesidad perentoria, sino por evitar en lo posible la corrupción que se ha dado en estos organismos de las administraciones, en sindicatos y patronales y no digamos en las empresas públicas, es necesaria una reforma en profundidad de todos estos organismos que pagamos los ciudadanos y que duplican o triplican la misma función, sin que se atisbe por el momento ninguna medida en este sentido.  Medidas que afectan directamente a los dos grandes partidos y que deben ser consensuadas. Difícil es que lleguen a un acuerdo cuando se tocan tantos intereses.

 Dicen los economistas que hasta que el crecimiento del PIB no sobrepase el dos por ciento no se creará empleo neto y de cierta calidad. Pero a mi juicio esto no basta. De sobra es sabido que el noventa por ciento de los puestos de trabajo en España lo crean las pequeñas y medianas empresas (pymes) junto con los desamparados autónomos, auténticos héroes, los que resisten, o víctimas, los que cierran, de esta terrible crisis.

 Sin crecimiento del consumo interno no hay creación de empleo, si no hay demanda no se necesita producir, y si no hay salarios dignos, el consumo decae. Esta pescadilla que se muerde la cola solo se rompe con la fluidez del crédito y los bancos, por ahora, ni piensan en ello.

 Los grades bancos invierten sobre seguro en las multinacionales o bonos del Estado, pero para las pymes, autónomos y ciudadanos, ni un euro. Así las cosas, sin que el otrora eficaz Instituto de Crédito Oficial (ICO), sea sensible a la situación de esas pequeñas y medianas empresas y canalice esos cerca de 14.000 millones de euros que ha prestado en 2013 hacia ellas, no habrá recuperación de la microeconomía, la que directamente nos afecta a todos.

 Asusta oír a nuestros políticos, concretamente a la Presidenta de la Junta de Andalucía, decir que su prioridad es la creación de empleo y que su meta es un crecimiento para 2014 superior a la media del resto de España y para ello, sus afanes se centran en dos pilares: el turismo y la construcción de viviendas. Como se ve nada nuevo bajo el sol, como si por su juventud, la política socialista no hubiera vivido el dramático estallido de la burbuja inmobiliaria e ignorase el descomunal censo de casas vacías propiedad de los bancos.

 Aun así no hay que negarle a Susana Díaz una cierta originalidad cuando se propone la construcción en Andalucía, nada menos que de 4.000 Kms. de carril-bici, con una inversión de 400 millones de Euros. Sin duda sus iniciativas ocuparán a un buen número de andaluces, pero ¿es ese el modelo de economía productiva y competitiva que se necesita? Más bien está en la línea del Plan E de arreglo de aceras, más conocido como Plan de Zapatero que, mediante la inversión de 8.000 millones de €, logró emplear por unos meses a 400.000 españoles en el arreglo de aceras y mobiliario urbano.

 Se ha dicho que esta crisis, si algo bueno puede tener es el cambio de nuestra estructura productiva hacia industrias más competitivas, mejor estructuradas y de moderna tecnología, para nada viviendas, con un mercado saturado, ni carriles-bici. ¿Es que no saben más o lo hacen a propósito?

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