sábado, 7 de junio de 2014

LA MONARQUIA ESPAÑOLA

Publicado en el Diario de Cádiz el sábado 7 de Junio de 2014
        El inesperado anuncio de la abdicación de SM El Rey, el pasado 2 de Junio, ha causado, primero sorpresa e, inmediatamente, multitud de especulaciones y reacciones de lo  más diversas.

       El proceso sucesorio que se ha abierto en España ha tenido lugar recientemente en países como Holanda, sin que absolutamente ningún partido o grupo político lo cuestionara. Ocurre que España, para esto, como para otras muchas cosas, continúa siendo diferente. “Spain is different” se convirtió en slogan publicitario para atraer turistas en los años 60 y medio siglo después continuamos diferenciándonos, para mal, de la mayoría de las democracias europeas, monarquías o repúblicas.

      Hace muchos años que todos esos países, a los que nuestra no tan joven democracia aspira a equiparase, eligieron su forma de Estado, algunos desde hace varios siglos, y muy pocos cuestionan el modelo. En realidad el debate no debería ser monarquía o república, sino qué monarquía o qué república. No creo que nadie en su sano juicio aspire a implantar en nuestro país una república como la venezolana, cubana o la china, ni una monarquía como la de Arabia Saudí, sino repúblicas como la francesa o monarquías como la noruega.

      Cuestión importante es el respeto a las leyes, y fundamentalmente a nuestra Carta Magna, para llevar a cabo cualquier reforma en el modelo de Estado, como está previsto en la Constitución del 78. No es con una representación minoritaria en el Congreso y Senado, suplida a base de movilizaciones callejeras, pacificas o no, como se consiguen esos cambios. Están en su derecho de manifestar las preferencias e incluso tratar de convencer al resto de los españoles de las bondades republicanas, pero el camino democrático esta trazado y hay que respetarlo.

       Existe un pacto constitucional en España de todas las fuerzas políticas, refrendado por el pueblo con amplísima mayoría y gracias al cual nuestra Constitución del 78 es la más longeva de cuantas hemos  tenido.

      Transcurridos 36 años desde su aprobación se hace necesaria una reforma, pero hagámosla por consenso y democráticamente, al menos con una amplia mayoría, no desde minorías vociferantes.

 Importante tarea para Felipe VI, como lo fue para su padre en el 78.

3 comentarios:

  1. Creo, querido Jaime, que esta dicotomía entre Monarquía y República es una manipulación, como tantas, de la izquierda irreflexiva. No quieren República, quieren regreso a la Segunda República, esa que nos llevó a una dolorosa Guerra Civil; lo manifiestan exhibiendo esas banderas, que no son de la República, sino de la Segunda República, ya que, como tú sabes, la Primera República adoptó la tradicional bandera roja y gualda.
    Pero esto no es lo grave. Lo verdaderamente significativo, que la mayoría de esos españoles que enarbolan la bandera tricolor, desconocen, ignoran o no quieren conocer la verdadera historia de España, tantas veces manipuladas. La Historia (así, con mayúsculas) dice que los dos intentos de República en España tuvo como resultado un desenlace desastroso porque no me imagino una España con "cohabitación": el Presidente de un partido y el Jefe de Gobierno de la oposición...¡qué desastre!. . Y no es que yo sea monárquico, tú lo sabes, lo que ocurre que la Monarquía tiene una serie de ventajas sobre el sistema republicano: es más barata, es más prestigiosa en el extranjero, es apolítica y el Jefe del Estado es un señor/señora adiestrado/a desde su infancia para este menester.
    Otra cosa sería el sistema "Presidencialista", al estilo Estados Unidos, que habría que probar, si eso fuera posible. Pero vuelvo a mis conocimientos y enseñanzas ancestrales: "los ensayos hay que hacerlos con gaseosa". Que Dios nos ampare. Un abrazo. Guillermo

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    1. Totalmente de acuerdo, Guillermo.
      Esperemos que ni con gaseosa. No estamos para muchas probaturas. Tengamos la transición en paz. Así sea.
      Un abrazo

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  2. Al hilo de (y de acuerdo con) lo ya planteado por Jaime y por Guillermo, otro sumando que hace más preocupante aún la situación actual, es la estrategia aplicada por la izquierda con sus votantes, en el sentido de llevarles a la convicción de que es legítimo ganar, jaleando la calle, lo que se pierde en las urnas cuando se gobierna mal. De lo cual es muestra la oportunidad perdida de gobernar, para dedicarse a hacer oposición de la oposición, de los tiempos de Zapatero.
    Pero es que esa tendencia, en mi opinión suicida incluso para la izquierda, ya viene desde la caída de Felipe González, por distintas y múltiples corrupciones; lo que produjo un momento de debilidad interna del PSOE, que hizo posible que llegara a Secretario General un trepa de partido, un oportunista, un vendedor de mercadillo como Zapatero (y en estos momentos el PSOE está en una situación muy parecida…; ya veremos qué “perla” sucede a Rubalcaba). De poco antes de aquel momento son ya el carajal del “Nunca mais”, manipulando el hundimiento del petrolero Prestige con la única intención de descalificar al gobierno de Aznar; luego vino la miserable manipulación del atentado terrorista del 11-M, seguida de la instrumentalización del posterior juicio a los terroristas, con la “aparición” de pruebas falsas o la completa “desaparición” de los trenes, de los que no quedaron más que 18 tornillos. Después vinieron la movilizaciones para acosar las sedes del PP antes incluso de la toma de posesión del gobierno de Rajoi; después la movilización de los “indignados”, los del 15-M, los antidesáucio, o la utilización electoralista de los inmigrantes fallecidos (del lado marroquí de la vaya) en las fronteras de Melilla, etcétera, etcétera. El caso es que para la izquierda todo es utilizable y manipulable para jalear la calle (y la abdicación del Rey no iba a ser menos) en apoyo de sus intereses electorales.

    Pero ese “vale todo”, porque el fin justifica los medios, es autodestructivo incluso para el PSOE (véase cómo están de dimisiones en este momento). Pero lo que es peor, es que también es autodestructivo para la sociedad española en general. Ese mensaje del “vale todo” ha calado tan hondo, en general, en la sociedad, que ya todo lo peor parece posible. No sólo está corrompida y enferma la política, sino también gran parte de la sociedad.

    Como la política y los políticos no se regeneren pronto, y alguien no empiece pronto ha hacer una auténtica pedagogía de valores en los partidos políticos y en la sociedad, estamos apañaos.
    Saludos. Fico.

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