domingo, 27 de marzo de 2016

EL ABRAZO - ULTIMO DEL LIBRO "DEDICADO A TI..." PUBLICADO EL 20.12.2016

ULTIMO DEL LIBRO "DEDICADO A TI..." PUBLICADO EL 20.12.2016        

 Esta columna tenía que haberse publicado el sábado 26 de Marzo en el Diario de Cádiz. Al no haber prensa escrita ese día, se publicará con posterioridad. Por no faltar a nuestra cita semanal lo público en el blog. Feliz Pascua de Resurrección!!!...con un ABRAZO para todos los lectores.

       Estaban apenas a unos metros, dos hombre de mediana edad, nada destacable en sus apariencias, se fundieron en un apretado abrazo, intenso, fuerte, eterno. Los brazos recorrían las espaldas en un movimiento ascendente y descendente lento, pausado como no queriendo que acabara nunca. Las manos abiertas intentando abarcar el máximo abarcable. No hay gesto que exprese más y mejor, que sea más expresivo de amor mutuo, de cariño, de perdón, de buenos sentimientos.

         Los veía y pensaba que estaba presenciando algo bello y limpio, la mejor versión que el ser humano es capaz de dar de sí mismo. Y pensé que todos necesitamos ser queridos así. Mejor aún, querer y ser queridos. En realidad vivimos para eso. Lo decía hace unos días en esta misma columna: “se es ser humano en función de nuestra pertenencia a la humanidad, de nuestra relación con los demás”.

         También, pensé, es un gesto de reconciliación y perdón, si es que tenían algo que perdonarse mutuamente o de una de las partes. El abrazo era exactamente igual de intenso, quien perdonaba y quien era perdonado.  ¡Cuánto significado en un gesto sin palabras!

         Me acordé de una escena que vi en televisión: Un hombre joven, en una plaza de una ciudad española, no recuerdo el nombre, ofrecía abrazos. Algunas personas se le acercaban y abrazaban. ¿Era una necesidad suya o de quienes le abrazaban? Quizás de los dos, todos lo necesitamos.

         Cariño, perdón, necesidad de ser amado…sentimientos nobles que dignifican a un ser humano que, en este tiempo que nos ha tocado vivir, parece desposeído de valores positivos. Digamos que junto a tanto negativismo y maldad como evidenciamos de continuo, hasta el peor de nosotros es también capaz de mostrar sentimientos nobles. En esa guerra sin cuartel entre el bien y el mal, el yin y el yang orientales, el ángel y el demonio que llevamos dentro, inclinemos la balanza, potenciemos lo que nos hace mejores.
        
Jueves Santo, día del amor fraterno…hagámoslo posible.

         En eso estaba cuando oí a mis espaldas el grito de mi nieta: ¡Abueloooo !!!  Corrió hacia mí y nos fundimos en un apretado abrazo.

sábado, 12 de marzo de 2016

DE LA MISERICORDIA

Publicado en el Diario de Cádiz el sábado 12 de Marzo de 2016

              Los católicos celebramos este año de la Misericordia por indicación del Papa Francisco, pero esta virtud, ser misericordioso, es decir, compadecerse del mal ajeno, físico o moral, sufrir con el que padece y ayudar a aliviar el sufrimiento, no es privativo de los cristianos, sino de quien entiende con claridad que el hombre es tal en cuanto se relaciona con los demás hombres, que se es ser humano en función de nuestra pertenencia a la humanidad.

         Para los seguidores de Jesús, el Cristo, la Misericordia que se nos pide practicar tiene otra vertiente al menos tan importante como la Caridad, más difícil si acaso de practicar porque se necesita hacer renuncia de sentimientos que son naturales y hasta justos en mucha ocasiones, hablo del Perdón.

La Cuaresma, para los cristianos, es el momento propicio, nos invita a perdonar a quienes nos ha infringido algún daño, físico o moral, y al mismo tiempo solicitar el perdón por el mal que hayamos podido causar, por las equivocaciones que hayamos podido cometer. Es la invitación a  la reconciliación que ofrecemos y pedimos en nuestras oraciones. El Evangelio de hace dos domingos, el pasaje del hijo pródigo, es el ejemplo a seguir. Perdonar y pedir perdón, saldar mutuamente lo que nos separa, lo que nos enfrenta.

Sentir con los demás, sufrir con el que sufre no es solo una virtud, es una deseable cualidad de la condición humana, lo que nos hace mejores y diferentes. A lo que debemos aspirar. Perdonar y ser perdonado, amar y ser amado, en lugar del odio y el rencor entre semejantes  pondría fin a los enfrentamientos y conflictos de todo tipo en los que está envuelta la humanidad entera.

Guerras, terrorismo, refugiados, conflictos personales, el odio, la venganza y tantos males como aquejan a la humanidad tendrían menos posibilidades en un mundo más humanizado, más acorde con estos principios de los que hemos hablado. ¿Tiene remedio? Habría que apostar por ello. Empecemos por nosotros mismos.